Iker Casillas es la mayor máquina de parar que ha dado el fútbol y el mejor futbolista español de la historia. Y punto. Y nadie lo dudaría si en vez de haber nacido en Móstoles y tener acento de chulapón lo hubiera hecho en cualquier otro lugar del mundo. Los españoles semos asin, nos gusta despreciar lo nuestro.
Iker tiene reflejos felinos, es insuperable en el uno contra uno y tiene una presencia señorial en el terreno de juego. A esto hay que sumarle que ya ha corregido los problemas por alto que tenía en sus inicios por lo que si hubiera que encontrarle algún defecto sería el juego con los pies... pero un portero lo que tiene que hacer es parar goles no meterlos, ¿no?
Además Iker es de los que les gusta un buen reto y es en los partidos comprometidos donde saca la mejor de si mismo y consigue sus paradas más memorables. Barça, Atleti o Manchester United han sufrido las tardes más inspiradas de San Iker de España y creo que no hace falta recordar la exhibición que dió los minutos finales de la final de Champions frente al Leverkusen: sin su recital de paradas imposibles, el Madrid todavía tendría ocho Copas de Europa en sus vitrinas.
Es dificil predecir hasta donde llegará Casillas (que, recordemos, sólo tiene ¡26 años!) pero todo parece indicar que barrerá a Zubizarreta en partidos jugados tanto en La Liga como con la selección y que seguirá sumando títulos (ojala alguno con la selección) a su zurrón. Lástima que sólo años después de su retirada se le valorará en su justa medida y toda su grandeza.
HECHO POR : PEDRO JOSÉ JUÁREZ PRADOS
